martes, 30 de julio de 2013

Refuerzos positivos y negativos. El castigo.


¿Debemos castigar a los perros? ¿Cómo hacerlo?

Primero deberíamos analizar qué son los refuerzos, porqué los clasificamos en positivos y negativos, para que sirven y como se usan.

Un refuerzo es una acción que se realiza para dar más fuerza a la impresión de una orden o una corrección de conducta inadecuada. El refuerzo se basa en la personalidad y carácter del perro.

Los perros tienen un carácter hedonista. Sólo hacen lo que les parece divertido, y rehúsan lo que no les divierte, que les causa malestar, o simplemente aquello que les da “mal royo”. El refuerzo positivo debe ir en la línea de proporcionar al perro como premio alguna cosa divertida cuando su conducta es la correcta. Así relaciona las buenas acciones con el premio que va a recibir después. Si se utiliza en exceso puede tener resultados contradictorios, aunque también útiles. Por ejemplo, si le damos una golosina (refuerzo positivo) cuando nos da la pata, no le enseñamos a dar la pata, si no a pedir golosinas. Pero aunque parezca contradictorio, el perro aprenderá a que cuando quiera algo, como salir a la calle para hacer sus cosas, se acerque a la puerta, se siente y nos levante la pata. Hemos convertido un error de enseñanza en algo positivo.

El refuerzo negativo debe ir más allá del “no”. Para el perro un “no” no significa nada si no lo ponemos dentro de un contexto, como es el castigo.

El castigo no es sinónimo de maltrato, pero si no se aplica correctamente puede llegar a serlo. Si el perro defeca en un lugar inadecuado, como el salon de la casa encima de la moqueta, no debemos castigarlo cuando vemos el “regalo”, pues el perro sólo he hecho sus necesidades, que por otro lado, en algún sitio tenía que hacerlas. En este caso bastaría con estar al tanto y llevarle al sitio adecuado en el momento en el que muestra indicios de hacer sus cosas.

El castigo no es un estacazo, un correazo, una patada. El castigo es una acción mesurada, limitada y que sólo se debe realizar cuando no queda otra, y siempre para evitar un mal mayor. Por ejemplo, si estamos enseñando a que el perro se siente al llegar al bordillo antes de cruzar la calle y que espere a que le demos la orden de seguir, y no obedece después de haberlo intentado con todo tipo de refuerzos positivos, tenemos que usar el golpe de voz.

El golpe de voz no es una cadena de gritos histéricos, si no una voz fuerte, con tono de enfado que va acompañada de un tirón de la cadena. Generalmente funciona a la primera, y el perro aprende que está realizando una acción que no nos gusta. El perro lleva en sus genes la voluntad de hacernos felices, por lo que nuestro enfado es un buen refuerzo negativo. Y debemos acompañar al golpe de voz con un gesto de enfado. Los perros entienden perfectamente los estados de ánimo y sólo con esa acción es suficiente. 

¿Por qué no debemos pegarles? Pues simplemente porque ellos no comprenden el castigo físico. De hecho el refuerzo negativo, el castigo, incluso el deplorable castigo físico no sirve de nada si no se realiza en el preciso instante en el que el perro está realizando la acción inadecuada, pues el perro no relacionaría el castigo con la acción a reprimir.

Parece difícil, pero no lo es. Simplemente debemos dejarnos llevar por la naturaleza. Cuando elegimos tener un perro, (para saber cómo elegir la raza del perro ver artículo anterior) nos debemos guiar por las emociones y entender que adoptar un perro es un acto de amor. Si seguimos ese instinto, ya que el amor es un sentimiento, y que los perros entienden los sentimientos y reaccionan a ellos, no deberíamos tener nunca la necesidad de aplicar ningún refuerzo negativo, y mucho menos un castigo. Además también hemos explicado anteriormente, como las serotonina incrementa tanto la memoria como la velocidad y calidad del aprendizaje. Si hacemos que nuestro perro sea feliz, este nos devolverá esa felicidad multiplicadas por siete.

viernes, 5 de julio de 2013

LA IRA INTERIOR, UN TRASTORNO EMOCIONAL.


        La ira interior, un trastorno emocional.

 

 

La ira interior es un sentimiento que produce malestar anímico. Aunque en algunos casos es consecuencia de algún problema orgánico, en la mayoría de los casos es un síntoma de frustración, una especie de síndrome por el que parece que “tenemos las manos atadas”. Y lo su efecto es devastador, pues anula la simpatía, que es nuestra tarjeta de visita en las relaciones sociales.

 

Lo más frustrante de este sentimiento es que no somos capaces de darle un origen, por lo que nos es difícil deshacernos de él. Cuando sale fuera podemos llegar a tener algún altercado con gente de nuestro entorno, enturbiando las relaciones familiares. La gente de nuestro alrededor nos deja de lado, pues para ellos es “nuestro carácter”, y no es verdad, nosotros no somos así.


Aunque los gatos tienen un carácter más independiente, también pueden despertar nuestro lado más tierno.
Y este sentimiento, ¿en qué afecta a nuestros perros? Ya hemos visto que la forma que tienen de relacionarse es compartiendo precisamente eso, sentimientos. Cuando mostramos ira, aunque sólo sea con la mirada, ellos lo interpretan como que estamos enfadados con ellos, y se apartan de nuestro lado. Ese mismo comportamiento es el que expresan los humanos con los que nos cruzamos, y es que inconscientemente mostramos nuestra ira a través de la mirada, en una forma que vamos a llamar “los ojos del tigre”. Realmente se nos pone mirada de asesinos.



 

Pero aunque no podamos saber su origen, y es que a veces será imposible encontrarlo, podemos trabajar para mejorar con unos sencillos ejercicios en los que nuestro inseparable compañero de cuatro patas es una parte importante. Es uno de esos ejercicios en los que el perro se convierte en nuestro guía espiritual.







Los perros siempre nos agradecerán nuestra simpatía con un gesto amable.



 

El ejercicio es sencillo: nos sentamos en una silla y llamamos al perro con la mirada. Iremos cambiando los gestos hacia unos más amables y/o simpáticos, o miradas que sugieran juego, caricias, aprobación. El objetivo del ejercicio es conseguir que nuestro perro se siente delante de nosotros sin hacer ningún gesto, sin hacer ninguna llamada de atención. Solamente con la mirada.


 

El efecto del ejercicio es inmediato si somos capaces de expresar simpatía

 

Una vez más nuestro perro se convierte en nuestro guía espiritual. Cuando consigamos la mirada o el gesto facial que hace que nuestro perro se acerque, y si lo hace con la cabeza agachada y moviendo la cola, mejor, y si esboza una sonrisa es que hemos triunfado, guardaremos esa mirada en nuestra memoria, pues será la cara con la que salgamos a la calle la próxima vez. ¡Que grata sorpresa os aguarda a los que superéis el ejercicio! Y los que no, no os desesperéis, se trata de llegar a un estado de relajación. No pasa nada si el perro no viene las primeras veces, seguramente está desconcertado. Dadle tiempo para que se acostumbre a vuestra recién nacida simpatía.

 

Lo más importante es que aprendamos que si la paz y la tranquilidad son la semilla de la felicidad, la simpatía que mostramos hacía los demás es abono que la hace crecer grande y fuerte.

 

Sed felices, es lo único por lo que todavía no os cobran nada.

 

 

miércoles, 3 de julio de 2013

La búsqueda de la felicidad.


Para la mayor parte de la población actual, la felicidad es una quimera. Cada día nos planteamos el porqué de tanto sufrimiento, la depresión nos aturde con sus golpes. Vamos regando la tierra con nuestro malestar.

En esa situación, es imposible evolucionar, encontrar la solución a los problemas cotidianos. Las relaciones en nuestro círculo se vuelven insoportables, pues la ansiedad y el estrés hacen imposible una relación tranquila y sosegada con la gente de nuestro medio ambiente. Ese malestar es el motor de un continuo ciclo de eterno retorno hacia la destrucción social y familiar. La depresión hace que nuestro cerebro segregue dopamina, el neurotransmisor responsable del sueño, para aletargarnos, apagar el cerebro, con el fin de poder “limpiar” la mente de todas las sustancias neurotóxicas que se han generado durante el día. Pero ahora es en estado de vela cuando los niveles de dopamina se disparan, haciendo que pedamos atención, que nos despistemos, que cometamos errores, que hagamos daño a la gente que nos importa. Podemos llegar a perder el trabajo, las amistades, la pareja, el amor, la familia. Nuestro entorno se destruye cuando el malestar se apodera de nuestra vida. Y todo aquel que alguna vez lo haya pasado mal sabe a los que me refiero. Todo el mundo te abandona.

 

Sin embargo, cuando sacando fuerzas de la flaqueza, somos capaces de plantar cara al destino, de tomar las riendas de nuestra vida, el malestar se difumina. Y es entonces cunado necesitamos marcar un nuevo rumbo a nuestras vidas. Alguien dijo una vez que la felicidad está en la consecución de pequeñas cosas: un pequeño chalet, una pequeña fortuna, un pequeño yate. Y tiene toda la razón. El sentido del humor, (sí, es cierto, espero haberte sacado una sonrisa) es el motor del bienestar, y el bienestar es el camino a la felicidad.


Pero, ¿cuál es la forma en la que se desarrolla en nuestro cuerpo?

Todo empieza con la adrenalina, que hace que tengas ganas de hacer cosas. La adrenalina es el neurotransmisor del sistema nervioso simpático, y una de sus funciones es estimular los músculos para, por ejemplo, que el corazón se contraiga, expulsando la sangre. También hace que los músculos se tensen para dar todo en un instante. Cuando empezamos un proyecto, la adrenalina es la responsable de proporcionarnos toda la ilusión del mundo para poder acabarlo. Y como premio al trabajo bien realizado, una dosis de serotonina.

 

Y el quid de la cuestión está en la serotonina, comúnmente llamada droga de la felicidad. La serotonina es la responsable de esa sensación de bienestar que tenemos cuando decimos que somos felices. Pero su labor no acaba aquí. La serotonina también estimula los centros neurológicos relacionados con el aprendizaje y la memoria, por lo que un individuo feliz es más inteligente, aprende más y mejor.

 

Y para lo más maravilloso de la serotonina reservo un párrafo aparte:

 

 LA SEROTONINA SE CONTAGIA.

 

Dicho de un modo más adecuado, y se basa en la estimulación que se produce a través de nuestros sentidos. Nuestro cerebro capta cuando una persona es feliz, y por empatía empieza a producir serotonina. ¿Nunca te has emocionado el día del sorteo de Navidad cuando sale por la tele aquel agraciado que dice que gracias al premio no le van a quitar la casa? Bueno, eso es por culpa de la empatía, y por la serotonina que produce tu cerebro ante el estímulo de la buena noticia.

 

Y en el ambiente familiar, en nuestro círculo íntimo, pasa lo mismo. Nuestra felicidad se contagia, pero también nuestro malestar.

 

Podemos transformar el ambiente de nuestra casa simplemente siendo felices.

 

Si, lo sé. Es muy difícil a veces, con la cantidad de problemas que tenemos, conseguir esa sensación de felicidad. Y para eso hemos creado este sitio. Para ayudarte a ser feliz.

 

Vamos a crear entre todos una pandemia de felicidad.

 

Pero, ¿tenemos en nuestro entorno a alguien que es feliz por naturaleza? Los que tenemos perro podemos decir sin dudar que sí. Nuestro perro es feliz sólo con estar con nosotros. Y nosotros, como ya hemos dicho que la felicidad se contagia, sólo tenemos que exponernos a ese maravilloso virus.

 

Antes de irte a acostar, a la vez que te duchas limpiándote de suciedad exterior, límpiate de suciedad interior. Sal de la ducha con una sonrisa, acuéstate con el pensamiento de que mañana va a ser un día maravilloso, que vas a encontrar el amor, el trabajo que necesitas, las fuerzas necesarias para vivir. Y cuando te levantes al día siguiente, verás como, aunque no luzca el Sol, podrás verlo a través de las nubes. Por que pase lo que pase, mañana seguro que sale el Sol.

 

 

 

 

 

Saludos


Saludos.

 

Hemos reconstruido la Web, dotándola de nuevos servicios. Estaremos a vuestra disposición en http://perrosdedospatas.260mb.org.

Un nuevo concepto de educación canina, utilizando las herramientas de la psicología alternativa con base académica, para convertir a nuestro perro en un animal de servicio, que nos ayudará a resolver los problemas cotidianos, convirtiéndole en vuestro gurú personal.

No dejéis de visitar la Web.

Recordar que el grueso del curso está en las tres primeras entradas, y que si tenéis alguna duda o alguna consulta podéis poneros en contacto con nosotros en elchicodeloslobos@hotmail.com

 

Disfrutar de vuestro perro es la forma más sencilla de alcanzar la felicidad.